¿En qué consiste la prueba de alcoholemia en Colombia?

Conducir bajo los efectos del alcohol es una de las multas de tránsito más comunes. También es la principal causa de accidentes de tránsito en Colombia. Durante 2023, aumentó en un 33% las multas que se aplicaron por conducir en estado de embriaguez. Este es un indicador sobre el que las autoridades vienen trabajando.

¿Qué pasa durante una prueba de alcoholemia?

Esta es una prueba que realizan las autoridades policiales y de tránsito para verificar qué grado de alcohol hay en la sangre del conductor. Esta prueba no implica una muestra de sangre. Para realizarla se usa un alcoholímetro o alcohosensor que es un dispositivo pequeño, con una forma de caja y similar a un inhalador para asmáticos. En la boquilla se toma una muestra de saliva y el conductor debe soplar dentro de alcoholimetro. 

Este aparato puede medir el nivel de alcohol en sangre de inmediato, de allí que sea tan eficiente para las autoridades. Dentro del alcohosensor se coloca una solución que reacciona al alcohol. Existe una tabla comparativa en la que se puede medir el nivel de reacción del etanol en sangre según la saliva de la muestra. De esta forma se puede establecer el nivel de alcohol en sangre. 

Las penalizaciones por conducir en estado de embriaguez pueden ir desde multas, inmovilización del automóvil y la suspensión de la licencia. La reincidencia implica penas más severas como suspensión o cancelación de la licencia. 

¿Cuáles son los protocolos de prueba de alcoholemia que deben seguir las autoridades?

Los oficiales de tránsito deben respetar ciertos pasos para garantizar los derechos de los conductores. Para que este proceso tenga validez debe ser llevado a cabo según lo establece la resolución 001844 correspondiente al 18 de diciembre de 2015. Vamos a hablar de este proceso.

Los retenes y puestos de control que se especializan en pruebas de alcoholemia, deben constar de unos 10 o 15 agentes de tránsito. Esta prueba solo se puede realizar en una carpa o retén de tránsito que esté autorizado para ello. Por lo general, estos puestos de control se encuentran en lugares estratégicos donde se pueden hallar estas faltas.

Después de que el conductor se dirige hasta el puesto de control, un agente especializado en alcoholemia procede con el protocolo. No todos los funcionarios de tránsito pueden realizar una prueba de alcoholemia. Para realizar este proceso deben tener un certificado que se haya otorgado desde Medicina Legal. Con el número de cédula, se puede consultar si el agente está autorizado para esto en el sitio web de Medicina Legal.

Antes de empezar el procedimiento, se debe informar al conductor sobre el tipo de prueba que se va a realizar. Los equipos para el examen, los tipo y grados de alcoholemia y todo lo relacionado debe ser informado de forma clara para que el conductor tenga pleno conocimiento del procedimiento al que se somete. En caso de que no se permita la toma de la muestra, también se debe informar sobre las consecuencias que este desacato implica.

Si el conductor reporta que ha ingerido bebidas alcohólicas, fumar o devuelto contenido estomacal dentro de 15 minutos antes de la prueba, se debe estar un lapso de quince minutos más para tomar la muestra.

Etapas de la prueba de alcoholemia

El equipo con el que se realiza la prueba debe estar certificado y funcionando en perfectas condiciones. Para esto, se han de demostrar la certificación y el funcionamiento, teniendo como testigo al conductor. El alcoholímetro debe estar calibrado y a boquilla por donde se respira tiene que ser nueva y empacada en contenedores individuales.

El agente que realiza la prueba no puede entrar en contacto con la boquilla por razones de higiene y salubridad. Quien respira en la boquilla debe hacerlo sólo una vez de manera continuada. Luego de que el resultado esté completado, debe ser mostrado al conductor para que pueda verificar el grado de alcohol en sangre que se encontró en su prueba.

El conductor tiene derecho a mantener control visual constante de su muestra. En ningún momento, el alcoholímetro puede estar fuera de la vista o conocimiento del conductor. Cuando la muestra arroja un resultado de 20 mg por cada 100 ml de sangre o más, se debe realizar la prueba nuevamente. El lapso en el que se realiza esta segunda prueba no puede superar los 10 minutos y no puede ser antes de los dos minutos luego de la primera medición. En el caso de que la segunda prueba esté fuera de este lapso, se debe comenzar el proceso desde el principio.

Cuando se termina el proceso, el agente que realiza la prueba debe llenar un formulario y entregarlo al conductor, junto con una copia de los resultados. Cuando se produce un accidente, en el que el o los conductores presentan signos de embriaguez, el agente de tránsito debe llevar al o los conductores a Medicina Legal y solicitar pruebas de sangre para determinar el nivel de alcohol en sangre de quienes conducían el vehículo.

El conductor tiene derecho a solicitar una prueba de sangre para verificar los datos que ha arrojado la prueba de alcoholemia. Sin embargo, esta verificación sólo puede ser solicitada cuando el conductor ya se ha practicado la prueba con el alcoholímetro.

¿Qué hacer cuando la prueba de alcoholemia no ha seguido el protocolo?

Cuando se realiza una detención por conducción en estado de embriaguez, pero el conductor tiene dudas sobre la veracidad del procedimiento y ha obtenido una multa a raíz de esto, puede impugnar la decisión. Con la orden del comparendo y el documento de identificación oficial, puedes dirigirte al organismo de tránsito de tu ciudad en el que se realizará una audiencia pública.

Según las pruebas ofrecidas en esta audiencia se puede determinar si el inculpado debe someterse a las sanciones que le han sido establecidas. 

¿Qué sucede cuando el conductor no se somete a la prueba de alcoholemia?

La función principal de los organismos de tránsito del Estado es velar por la seguridad vial de todos los ciudadanos. En este sentido, es necesario prevenir y reducir los casos de conducción en estado de embriaguez. Debes saber que la negación a practicarse la prueba, implica sanciones.

Esta vez las multas y penalizaciones no tienen relación con el delito de conducir un vehículo en estado de embriaguez, se trata de penalizaciones por no colaborar con un protocolo gubernamental orientado a resguardar la vida de los ciudadanos en las carreteras. En estos casos, las multas pueden ir desde suspensión de la licencia hasta prisión de 6 meses a un año.